Tequila vs. mezcal: principales diferencias
México, cuna de tradiciones ancestrales y rica herencia culinaria, nos brinda dos destilados de agave que han conquistado los paladares del mundo: el tequila y el mezcal. Ambos comparten su origen en el agave, pero sus caminos divergen en una serie de aspectos, desde la planta madre hasta las regiones específicas de producción. Veamos las diferencias fundamentales entre estos dos tesoros mexicanos.
1. Agave: la planta sagrada compartida
El punto de partida común entre el tequila y el mezcal es el agave, una planta que ha sido venerada por las culturas indígenas de México durante siglos. Sin embargo, aquí es donde comienzan las divergencias. El tequila se elabora principalmente a partir de la variedad de agave azul, conocida como Agave tequilana Weber, mientras que el mezcal puede ser producido a partir de varias especies de agave, lo que confiere una gama más amplia de sabores y perfiles aromáticos.
2. Proceso de producción: hornos y moliendas distintas
El método de elaboración también marca una clara diferencia. En la producción del tequila, las piñas de agave se cocinan en autoclaves (hornos industriales con vapor de alta presión), acelerando el proceso y creando un perfil de sabor más uniforme. En cambio, el mezcal se cuece en hornos subterráneos revestidos con piedras calientes y fibras vegetales, lo que aporta sabores diversos, más ahumados en general (en el caso de Ramo de Rosas el ahumado es muy bajo). Además, el mezcal conserva la tradición de la molienda con tahonas de piedra, mientras que el tequila suele utilizar molinos mecánicos.
3. Terruño y denominación de origen: identidad regional
La Denominación de Origen (DO) es otro aspecto crucial. Mientras que tanto el tequila como el mezcal cuentan con DO, cada uno abarca regiones geográficas específicas con condiciones climáticas y geológicas particulares. El tequila se produce principalmente en Jalisco y partes de los estados de Guanajuato, Michoacán, Nayarit y Tamaulipas, mientras que el mezcal proviene de áreas como Oaxaca, Guerrero, Durango, San Luis Potosí, entre otros. Cada región aporta matices únicos al perfil de sabor de su respectivo destilado.
4. Maduración y diversidad de sabores: reposado vs. joven
La maduración en barricas es otro punto de divergencia. Mientras que ambos tequila y mezcal pueden presentarse en variedades joven, reposado y añejo, las reglamentaciones y preferencias varían. Los mezcales a menudo se disfrutan en su forma joven para preservar la frescura y la gran diversidad de los sabores de agave, mientras que los tequilas reposados y añejos tienden a ser más comunes, aprovechando las características de la madera para desarrollar complejidad y suavidad.
5. Etiqueta y denominación: control de cada botella
Por último, la etiqueta desempeña un papel importante. Las botellas de tequila llevan el sello de la Asociación de Productores de Tequila (CRT), mientras que el mezcal destaca su origen en el Consejo Regulador del Mezcal (CRM).
En resumen, aunque el tequila y el mezcal comparten la esencia del agave, sus diferencias en términos de variedad de agave, proceso de producción, región de origen, maduración y tradición cultural hacen que cada uno sea una experiencia única. Ya sea disfrutando del carácter limpio y sofisticado del tequila o explorando la complejidad ahumada y diversa del mezcal, ambos destilados ofrecen un viaje sensorial que refleja la riqueza y la diversidad de México.